Esas fotos las tomé en junio del año 2015, hace 6 años, y volviéndolas a ver hace unos días, noté que ya entonces el autito tenía una abolladura en el techo. Resulta que hace un par de meses se resbaló de una silla sobre la que la había puesto la cajita en la que tenía guardado este autito junto a otro más, y este fue el único que se salió de la caja con la caída, por lo cual cuando lo recogí y vi la abolladura, creí que acababa de producirse... así que decidí usar el Dremel para volarle los remaches, desarmarlo, y enderezar el techo utilizando un martillo de hojalatero con sumo cuidado. Cuando volví a ver hace unos días las fotos del 2015, descubrí que la abolladura ya existía desde antes y que por gusto había estado maldiciendo el día de la caída. Decidí entonces tomar nuevas fotos para que se vea cómo quedó luego del tratamiento, y aquí abajo están:
La abolladura casi no se nota ya, salvo que se mire con detenimento, pero decidí no martillar más la carrocería para no tentar a la suerte, ya que hasta entonces la pintura había logrado conservarse intacta.
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